Dr. Alberto Natale

El 9 de setiembre pasado falleció en la ciudad de Rosario el Dr. Alberto Natale, distinguido profesor de Derecho Político, y miembro correspondiente de nuestro Instituto de Derecho Constitucional y Político.

 

A manera de homenaje transcribimos las palabras pronunciadas en su sepelio por el Dr. Carlos Caballero Martín:

“Inspirado en Hamilton, Madison y Jay, formado en la separación de poderes de Montesquieu, admirador de Mitre, Sarmiento, Echeverria, Alberdi y de Velez Sarsfield, atrapado por el liberalismo de Lisandro de la Torre, a quien por pedido de sus amigos vengo a honrar, fue el intérprete de un ideal practicado con coherencia a través de toda su vida.

Rosarino de ley, no fue un localista obcecado pudiéndose convertir pronto en un referente de la política provincial santafesina. Natale supo ensamblar con vocación de estadista todas las regiones de su espacio de acción.

Pero Natale no queda en Santa fe. Su figura, su capacidad, su accionar en los cargos políticos que ocupara lo hace trascender a la esfera nacional siendo reconocido como uno de los principales actores de la política argentina.

Sin dudas Alberto Natale fue un estadista. Un estudioso académico tanto de la economía como del derecho público especialmente el derecho constitucional y la ciencia política.

Nos solía decir: el déficit de muchos políticos argentinos consiste en que no estudian economía y hoy es fundamental gozar de esos conocimientos para encarar los nuevos problemas del mundo.

Ello lo llevo a advertir con lucidez los efectos de un escenario globalizado que produciría efectos inéditos dentro del mapa mundial con hondas repercusiones en lo local.

 

Alberto se formo dentro del liberalismo y fue un liberal. Entendía que la participación del estado debía abarcar el campo de la educación, de la salud, de la justicia y de la seguridad.Todo lo demás debía dejarse en manos de los privados proporcionándoles el estado un escenario de promoción y apoyo. Nunca le intereso ni el populismo ni la demogia. Ello le permitió, cosa no muy común en nuestra Nación, llevar toda una vida con una coherencia ideológica.

En caso de duda pienso que hubiera hecho de la Torre si viviese en este momento, afirmaba con solides ideologica y respeto venerable por su líder partidario.

Nuestras ultimas comunicaciones fueron posible gracias a la revolución tecnológica. A través del acercamiento electrónico le pedí detalles sobre la obra de sus publicaciones en La Nación a cuya presentación me había invitado.

La síntesis que me anoto fue terminate. Estuve releyendo mis escritos. Sí tendría que hacerlos hoy escribiría lo mismo.

No me cabia ninguna duda de tal situacion.

Su figura acompañada de una prestancia destacada, ayudó a que su popularidad llegara hasta todos los rincones.

Sin dudas Alberto Natale prestigió a la política.

Sus muchos años en el Congreso de la Nación de los cuales me toco compartir dos periodos y la actuación en la Convención Nacional Constituyente, además de sus distintos cargos en su ciudad natal pusieron de manifiesto dicha coherencia.

Desde joven se convirtió en una persona de consulta. Tanto como abogado, como  economista o como político.

Para algunos había un Natale abogado, un Natale publicista, un Natale polemista. Un Natale catedrático.

Pero hubo un solo Natale. Hubo un Alberto Natale sobresaliente que tanto desde lo publico como desde lo privado transmitió ideas y conductas expuestas con seriedad y afirmadas con valores no negociables.

En lo privado formo una familia que somos testigos de su constante preocupación por su esposa Blanca y sus hijos María Laura y Pablo y luego por esa otra generación, sus nietos: Delfina Jacinta y Felipe a quienes le dejo el ejemplo y el legado de su ultima obra compilada desde su lecho.

La política argentina tiene sed de valores, demanda nuevos políticos con formación conductas y valores distintos a la mayoría de los que hoy la transitan, hoy pierde a uno de sus pilares.

Para nosotros los que nos formamos junto a Alberto Natale y muchas veces gozamos de su prestigio para obtener una posición no ha muerto.

A su memoria acudiremos siempre en situaciones de dudas o confusión. Para nosotros sus amigos entrara en la inmortalidad.

La inmortalidad es la negación de la muerte, la negación de la nada.”